Existe una creencia popular de que solo los impactos en la cabeza producen las conmociones cerebrales; sin embargo, los golpes en el cuello y en otras partes del cuerpo, producen suficiente energía que es transmitida hacía el cráneo y a su vez hacía el cerebro, sacudiéndolo fuertemente y ocasionando daño a las células.
Los equipos de protección como cascos y protectores bucales, no han demostrado que pueden eliminar el riesgo de una lesión cerebral, pero si, reducen el riesgo de fracturas de cráneo o de dientes.
Los deportes de contacto y las actividades extremas, son causas frecuentes de conmociones cerebrales. La práctica del boxeo, las artes marciales, el futbol americano, el beisbol y el ciclismo, son algunos ejemplos de estos deportes.